lunes, 6 de octubre de 2008

Texto

Aquella noche, como siempre, yo estaba paseando por los álamos.Y de repente, vi un agujero que parecía no tener fondo. Pero cuando me asomé, vi una libélula, con un hilo colgando de una de sus alas. Entonces de repente salió volando, la perseguí y aunque iba muy rápido, al final la alcance. Allí estaba posada en un charco, diferente de los demás. Miré y se reflejó la luna y el cielo, pero cuando estaba a punto de mirar, desapareció. Al siguiente día fui como siempre, pero está vez, no había ni agujero, ni libélula, ni charco y por supuesto, nada de ese hilo misterioso...
Al siguiente día volví, entonces, escuche un sonido que decía:
-Eso fue lo mejor, eso te vino bien, eso lo necesitas.
Después se escuchó un sonido sordo, y justo a más tardar, dijo:
Esa libélula es como el viento volar.
Y entonces no ocurrió nada más










Figura literaria
Palabra eufónicas