sábado, 29 de marzo de 2008

Mi semana santa

En mi Semana Santa, la mayor parte de la semana he estado en una aldea, llamada Corterrangel.En ella solo hay cinco casas y veinte personas,por lo que
es muy pequeña,además está a diez kilómetros de Aracena en Huelva.
La verdad es que mi estancia allí no fue muy buena,porque me caí y me desoyé
la pierna.Apenas había electricidad, no había cobertura y había chimenea.
Estuve allí desde el sábado hasta el miércoles, que volví a sevilla.
En los demás dias hice los deberes, descansé y me preparé para la vuelta al
cole.En cuanto pasos de Semana Santa, no ví ninguno.


Esta es mi Semana Santa, por Guille.

Fragmento de libro,la estrella robada.

Oda a una estrella

Asomando a la noche en la terraza
de un rascacacielos altísimo y amargo
pude tocar la bóveda nocturna
y en un acto de amor extraordinario
me apoderé de una celeste estrella.

Negra estaba la noche
y yo me deslizaba
por la calle
con la estrella robada en el bolsillo.

De cristal tembloroso
parecía
y era
de pronto
como si llevara
un paquete de hielo
o una espada de arcángel en el cinto.

Pablo Neruda.



Comentarios:
Anque es muy corto,me gusta mucho, ya que está encabalgado.
Y también porque es muy completo y argumentado.



Encabalgado:significa que el primer verso,se completa con el segundo.

Bienvenidos

Hola,me llamo Guillermo,tengo 13 años y estoy en 2º A de ESO.Y espero que os guste, este mi blog.

Mi vida en seis palabras







Estudio y familia,es la cuestión.

Microrrelato

Fuí a la calle a echarlo a la basura,pero cuando volví a mi casa,
seguía vivo y deambulando por ella

jueves, 27 de marzo de 2008

ROMANCE DEL DUERO



Río Duero, río Duero,
nadie a acompañarte baja;
nadie se detiene a oír
tu eterna estrofa de agua.

Indiferente o cobarde,
la ciudad vuelve la espalda.
No quiere ver en tu espejo
su muralla desdentada.

Tú, viejo Duero, sonríes
entre tus barbas de plata,
moliendo con tus romances
las cosechas mal logradas.

Y entre los santos de piedra, y los álamos de magia pasas llevando en tus ondas palabras de amor, palabras.


Quién pudiera como tú,
a la vez quieto y en marcha cantar siempre al mismo verso pero con distinta agua.

Río Duero, río Duero, nadie a estar contigo baja,
ya nadie quiere atender tu eterna estrofa olvidada,


sino los enamorados que preguntan por sus almas y siembran en tus espumas palabras de amor, palabras.



Gerardo Diego, 1922